-¿Se puede saber qué te ha pasado? - dijo con tono sarcástico.
-¿No puede estar tu hija contenta por una vez?
-Claro, cielo. Pero es que no sueles comportarte así.
-Ya, es que me he encontrado con Paula y me ha dado una buena noticia que no puedo contarte- digo lo primero que se me ocurre y parece que convence a mi madre. Por cierto, Paula es una de mis mejores amigas.
Subo las escaleras y cierro la puerta de mi habitación. Me tumbó en la cama, enciendo mi iPod y me pongo los auriculares con la música a tope. Me hubiera gustado poder decirle a mi madre la verdadera razón por la que estoy más feliz de lo normal.
-¡Estoy enamoradaaa!- eso lo digo en voz demasiado alta. Espero que nadie me haya escuchado. Aunque en realidad quiero que lo sepa el mundo entero. Y sobre todo él. Como me gustaría saber su nombre. Repaso todos los posibles nombres, pero creo que ninguno le encaja. Me lo estoy imaginando. Lo primero que resalta de él son sus preciosos ojos azules verdosos. Con una mirada enamoraría a cualquiera, y eso me preocupa mucho. Luego está su pelo color miel, más bien castaño claro. Sus labios y sus dientes perfectos. Todo en él perfecto. Ains... ¿sabéis esa sensación cuando estás enamorada que no puedes parar de suspirar y de sonreír de forma tonta? Definitivamente lo necesito.
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