Ya era por la tarde, y me había pasado todo el día encerrada en mi casa deprimida. De repente, recibí un mensaje en el móvil. Era Paula: "Tíaaa! Nos han invitado a una fiesta para fin de año! Contesta si quieres venir. Besos :)". Es verdad... se me había olvidado que hoy es 28 de diciembre y que dentro de dos días es Nochevieja. Le digo: "¿Una fiesta? ¿Dónde? La verdad es que no sé si tengo ganas...". Aunque sinceramente, me encantaría ir a una fiesta. Ahora que lo pienso, nunca hemos estado en una. Rápidamente Paula me contesta: "En una disco, y me he enterado que va a ir mucha gente de por aquí. Venga, será divertido... y puede que tengas suerte ;)" No sé como lo hace, pero siempre me acaba convenciendo. Sí, puede que tenga suerte. Y ahora me río sola de forma tonta... Le escribo: "Vale, pero no tengo nada para ponerme :$". En seguida, Paula me llama y quedamos dentro de una hora. Hablamos sobre la fiesta y vamos tranquilamente a su casa. Allí, rebuscamos en el armario de su hermana Tania, de 18 años. Paula siempre le "coge prestada" ropa de toda clase, y sobre todo tenía vestidos increíbles. No sabíamos cuál elegir. Nos probábamos vestidos preciosos, nos mirábamos delante del espejo sonriendo, haciendo muecas y bailando como locas. Como echaba de menos estos momentos. Porque después de todo, solo tenemos 15 años y no merece la pena sufrir por tonterías, como lo hago yo constantemente. Todo vendrá a su tiempo, igual que el amor. Aunque también puede que esté más contenta porque tengo esperanzas para la fiesta. Y así nos quedamos allí, en la habitación de su hermana haciendo el tonto, hasta que sonó el teléfono...
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