Pronto llegó también mi padre muy preocupado y todos juntos esperamos impacientes al médico. Al fin apareció y nos dijo que Dani no había sufrido nada grave. Menos mal, no sé que hubiera hecho si le llega a pasar algo a mi hermanito. Nos dejaron verlo en su habitación. Mis padres pasaron primero y después entré yo. Tenía ganas de abrazarlo, besarlo y contarle mil cosas, pero al verlo allí tumbado tan indefenso e inocente, lo único que me salió fueron las lágrimas y tuve que esperar fuera. El día después le dieron el alta y me pasé todos los siguientes días junto a él. Era como el perdón por no haber estado allí en el accidente. Creo que desde entonces me sentí más adulta y responsable, ya no era la misma cría del otro día que saltaba con mi mejor amiga. Llegó el día 31, Nochevieja, y por supuesto no fui a ninguna fiesta. Paula lo comprendió, aunque la dejé a ella ir. No tenía la culpa de mis actos. Y así pasé aquellas extrañas Navidades. Mi deseo de año nuevo fue diferente al de otros años, que siempre era sobre mí. Ahora lo único que quería era que no les pasará nada a mis seres queridos, y eso pedí. Dejé de pensar en aquel desconocido que me gustaba tanto y comencé a ajustarme más a la realidad. Más tarde, las clases empezaron y volví la rutina de siempre. La verdad, no pasó nada novedoso ni importante. Estudiaba durante la semana, y el sábado salía con mis amigos. Y aunque mi vida transcurriera sin problemas, sentía que todavía me faltaba algo, me sentía vacía. Puede que aun estuviera esperando ese amor que nunca llegó...
Razones para Sonreír
Páginas
jueves, 9 de agosto de 2012
domingo, 5 de agosto de 2012
Todo cambia
Maldita adolescencia. Pensé que no era para tanto y que a pesar de todo lo que se dice, podría aguantarla. Pero llega un momento en el que te paras a pensar, recuerdas como era todo hace un par de años o incluso menos de un año, y te das cuenta de que todo ha cambiado. Y lo seguirá haciendo. Quienes creías que eran tus amigas para toda la vida ya son simplemente personas más que saludas por la calle. Hasta esa amiga especial con quien compartías secretos, ahora la ves y ya no parece la misma. Buscas a alguien que esté a tu lado y te ayude a olvidar, pero no lo encuentras. Estás perdida, no te sientes bien contigo misma. Y es que sientes que todo el mundo se ha olvidado de ti, que todos están cambiando y siguen con sus vidas. Todos menos tú. Sientes que nadie puede ayudarte, estás sola. A veces ni el verano puede ayudarte a pasarlo bien, y solo quieres que se acabe. Ojalá todo esto pase rápido.
martes, 31 de julio de 2012
Somos egoístas...
Sí, soy una egoísta. Soy una egoísta porque solo te quiero para mí y nadie más. Porque quiero que tus besos solo pertenezcan a mis labios. Que tus ojos solo me miren a mí sin excepciones. Que tu mejor sonrisa siempre esté dedicada solo para mí. Que yo sea la dueña de todos tus pensamientos y solo yo tenga la llave de tu corazón. Que mi presencia sea el motivo de tu felicidad. Que solo mis tonterías te hagan reír. Que en tu mundo solo exista yo y nadie más. Que simplemente quieras que esto dure para siempre y si no, que nunca me olvidarás. Quiero que no te valga solo con mi amistad. Que quieras dármelo todo sin nada a cambio. Quiero que sea yo la única en tu vida y las demás no te importen. Y sobre todo, quiero que me quieras con todos mis defectos. La verdad, me quedan muchas cosas por pedir, pero me estoy dando cuenta que no soy la única egoísta. Lo eres tú también por no cumplir tan solo alguno de mis deseos ;(
Sé optimista
De esos odiosos días que parece que todo va en contra tuya. Todo te sale mal, lo que te tenías previsto hacer se desmorona, tus personas queridas te dan la espalda, y ya no tienes ganas de hacer nada más. Incluso lloras de rabia porque ves que a las personas de tu alrededor todo les va bien y no tienen problemas. Y tú piensas que ni siquiera se lo merecen. Pero observa mejor, porque así te darás cuenta de que hay otras muchas peores que siguen adelante cada día. Que los problemas puede que vengan solos, pero luego no se van tan fácilmente. Mira las cosas positivas de la vida y aprende de las más negativas. Todo está a tu alcance, no pongas tú mismo los obstáculos para no conseguirlo. Sonríe aunque no tengas motivos, porque no hay mayor motivo que verte sonreír.
jueves, 26 de julio de 2012
Una historia de amor: Capítulo 6 ~ El accidente
Pasar de la felicidad a la desesperación en un segundo. Todo por un maldito teléfono. Nunca sabes cuando pueden ocurrir las cosas que menos esperas. Y tampoco sabes cuánto hay que aprovechar la felicidad mientras la tengas. Yo haciendo el tonto con mi mejor amiga, y mi hermanito pequeño muriéndose en el hospital. Cuando llamaron a casa de Paula era mi madre, desesperada y triste. Llamaba desde el hospital. Habían atropellado con un coche a mi hermano Dani, de 6 años, que iba con su bicicleta. Estaba aprendiendo a montar y cruzó la carretera... Seguro que me buscó para practicar. Y yo no estaba allí. Puf, nada más pensarlo es como si me dieran una patada en la barriga. Joder, si yo hubiera estado para evitarlo. Pero no, tenía que estar pensando nada más que en tonterías. Soy una egoísta y no me merezco nada. Todo se me pasa por la cabeza de camino al hospital en el coche de la madre de Paula, Carmen.
-Lucía no te preocupes, se va a poner bien- me dice ella, que me ve muy angustiada.
En el hospital todo está triste y apagado. Se puede ver en la gente de mi alrededor. Buscamos rápidamente a mi madre.
-¿Está bien? ¿Qué ha dicho el médico?- digo yo nada más verla. Entonces, a mi madre se le saltan las lágrimas y Carmen sin pensarlo le da un abrazo y la consuela en sus brazos sin necesidad de decir una palabra. Esa es la diferencia de ser maduro a no serlo. Me siento una cría sin poder ni siquiera haber controlado la situación. Nunca hables si no puedes mejorar el silencio. Y entonces yo también siento muchas ganas de llorar y desahogarme. Paula, que está a mi lado, me da otro gran abrazo. Nos quedamos así las cuatro, llorando en silencio y esperando la llegada de algún médico.
-Lucía no te preocupes, se va a poner bien- me dice ella, que me ve muy angustiada.
En el hospital todo está triste y apagado. Se puede ver en la gente de mi alrededor. Buscamos rápidamente a mi madre.
-¿Está bien? ¿Qué ha dicho el médico?- digo yo nada más verla. Entonces, a mi madre se le saltan las lágrimas y Carmen sin pensarlo le da un abrazo y la consuela en sus brazos sin necesidad de decir una palabra. Esa es la diferencia de ser maduro a no serlo. Me siento una cría sin poder ni siquiera haber controlado la situación. Nunca hables si no puedes mejorar el silencio. Y entonces yo también siento muchas ganas de llorar y desahogarme. Paula, que está a mi lado, me da otro gran abrazo. Nos quedamos así las cuatro, llorando en silencio y esperando la llegada de algún médico.
viernes, 13 de julio de 2012
Una historia de amor: Capítulo 5 ~ Todo vendrá
Ya era por la tarde, y me había pasado todo el día encerrada en mi casa deprimida. De repente, recibí un mensaje en el móvil. Era Paula: "Tíaaa! Nos han invitado a una fiesta para fin de año! Contesta si quieres venir. Besos :)". Es verdad... se me había olvidado que hoy es 28 de diciembre y que dentro de dos días es Nochevieja. Le digo: "¿Una fiesta? ¿Dónde? La verdad es que no sé si tengo ganas...". Aunque sinceramente, me encantaría ir a una fiesta. Ahora que lo pienso, nunca hemos estado en una. Rápidamente Paula me contesta: "En una disco, y me he enterado que va a ir mucha gente de por aquí. Venga, será divertido... y puede que tengas suerte ;)" No sé como lo hace, pero siempre me acaba convenciendo. Sí, puede que tenga suerte. Y ahora me río sola de forma tonta... Le escribo: "Vale, pero no tengo nada para ponerme :$". En seguida, Paula me llama y quedamos dentro de una hora. Hablamos sobre la fiesta y vamos tranquilamente a su casa. Allí, rebuscamos en el armario de su hermana Tania, de 18 años. Paula siempre le "coge prestada" ropa de toda clase, y sobre todo tenía vestidos increíbles. No sabíamos cuál elegir. Nos probábamos vestidos preciosos, nos mirábamos delante del espejo sonriendo, haciendo muecas y bailando como locas. Como echaba de menos estos momentos. Porque después de todo, solo tenemos 15 años y no merece la pena sufrir por tonterías, como lo hago yo constantemente. Todo vendrá a su tiempo, igual que el amor. Aunque también puede que esté más contenta porque tengo esperanzas para la fiesta. Y así nos quedamos allí, en la habitación de su hermana haciendo el tonto, hasta que sonó el teléfono...
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