No sabes lo que te echo de menos. Tampoco quiero decírtelo. Pensar en todos esos años que hemos estado juntas, que parecían que iban a ser eternos. Esos sueños compartidos en una habitación que ahora quedó cerrada con llave y que todavía no hemos cumplido. Parece que has cambiado desde la última vez, pero en realidad sé que sigues siendo la misma, la misma niña inocente. No quiero pensar que te he perdido, sigo pensando que estás ahí y que seguiremos estando juntas, aunque puede que ya nada sea igual. Hemos sabido convivir con nuestras muchas diferencias, pero ahora yo he hecho mi vida, y tú la tuya. Ojalá pudiera decirte esto, contarnos todo lo que hemos hecho en este tiempo, como hacíamos antes. Pero creo que es mejor dejarlo seguir, al tiempo. Espero que no nos arrepintamos.
Te sigue esperando,
tu vieja compañera de sueños.
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