Estoy harta ¿vale? Siempre soy la buena, la que nunca se enfada y la que siempre está disponible para todo. Pero, ¿sabes qué? Se acabó. Te enfadas de repente y sin motivos, pasas de mí y no contestas a mis mensajes. ¿De qué tengo culpa? Dímelo porque no lo sé. Siempre estoy aquí para que me cuentes todo, para que salgamos cuando puedas o para soportar tus tonterías. ¿Prefieres irte con ellas? Pues vete. Yo, que he estado siempre ahí para todo desde que éramos peques, y ahora me vienes tú con esto. Ellas no saben ni siquiera por lo que estás pasando, o eso creo. Pero yo sí lo sé y no me merezco esto. Y si no estoy tan enfadada como debería estarlo es por ese motivo. Solo quiero que todo vuelva a ser como antes, que no me duela recordar esos buenos momentos y que vengan muchos más. Todavía te quiero, amiga.
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